sábado, 12 de junio de 2010

A seguro lo llevaron preso



El Espectador 04.06.2010

8 junio 2010 por chazzita


Juan es un petiso gordito que vive en el barrio Marconi.

Se levanta a las 5:00 de la mañana, todos los días, excepto los sábados que es supuestamente su descanso.

No desayuna en casa porque no vale la pena: sus hijos y su mujer no se han despertado todavía. Sale a la vereda, mira por unos segundos la calle evaluando cómo está el ambiente (tiene algunos vecinos peligrosos, como "El Cosita", el muchacho que en prisión picó "como un queso" a un violador y tiró los pedazos fuera de la celda) y camina medio dormido hacia la parada.

Toma el primer ómnibus, y al bajar, compra en la panadería una rosca de chicharrones bien tierna y rebosante de grasa, espera la llegada del segundo bondi, sube al mismo y es transportado como una media res hasta la empresa en dónde cumple su horario de laburo: de 7:00 a 23:00.

Porque Juancito trabaja de portero de seguridad desde hace 3 meses en régimen de doble turno.

Nadie lo obliga a hacerlo, es más, él está recontra contento con ello. Le pagan horas extras dobles, le llevan una milanesa en dos panes con fritas para almorzar (su almuerzo favorito; una vez fueron ravioles con crema y pasó hambre toda la tarde), y a veces lo llevan a su casa, aunque tiene que esperar hasta una hora al supervisor. Pero se ahorra el boleto y no tiene que caminar a medianoche por esas calles tenebrosas.

Juan trabaja en una gran empresa de seguridad de origen sueco, en la cual cobra $ 36.5 (bruto) la hora simple en carácter de empleado tercerizado. Esta empresa, "lo alquila" a otra empresa, y de hecho no conoce a ningún jefe de la suya propia, porque nunca tuvo la oportunidad ni el tiempo suficiente para estar en otro lugar que no sea "La Fábrica", el cliente que paga por sus servicios.

Por eso está desesperado por hacer horas extras. Si trabaja 200 hs. por mes, no le alcanza ni en broma para mantener a sus dos hijas, su esposa y su suegra (que pone la modestísima casita en donde viven). Así que trabaja doble turno prácticamente todos los días, cubriendo diversos puestos en la fábrica, ya que por lo general algún compañero falta. Llega a "levantar" más de 10.000 pesos uruguayos (500 dólares) regularmente; es un potentado en el barrio, sin necesidad de robar o vender pasta base.

Juan sabe leer y escribir bastante bien, aunque lentamente, y no toda su vida fue así: hasta hace unos años (hoy tiene 38), trabajó en "la constru", como terminalista. Ganaba lo mismo que ahora, en el 2002, pero trabajaba 9 hs. por día, y así podía ver a sus hijos cuando llegaba, ayudarlos con los deberes o tomar unos mates en familia. Hoy día, eso no sucede salvo los sábados que no le toca trabajar (porque a veces lo llama su supervisor, le dora la píldora, le promete el oro y el moro y lo pasa a buscar... bajo la sutil amenaza de perder el "privilegio" de las 16 hs.).

Yo lo conozco, porque durante varios meses estuve trabajando en "La Fábrica", aunque en un puesto "privilegiado", llevando adelante un proyecto y trabajando apenas 10 hs. por día (ganando el triple que el pobre Juanchi, por suerte).

Presencié infinidad de ocasiones en que el jefe de planta ("el cliente") lo prepoteó, lo insultó, lo humilló, llamó a su supervisor para que fuera sancionado (por estar apoyado "indecorosamente" tomando mate), lo expuso públicamente como ejemplo de burrez (en su presencia), le hizo recorrer 20 veces seguidas y sin descanso el perímetro de "seguridad" (como castigo por haber permitido la entrada a la vengativa ex esposa del abogado de la fábrica), etc. etc.

Esa es la vida cotidiana de un empleado tercerizado del siglo XXI. Trabajar hasta enfermarse, soportar menoscabos de todo tipo, llenar la panza de comida malsana, no poder ver crecer a sus hijos, tener sexo cuando se puede...

La empresa de seguridad, facturaba por el concepto de cuatro puestos de trabajo, tres turnos por día, la módica suma de $ 350.000 por mes (unos U$S 17.500). Vi los cheques. La tasa de ganancia ronda el 50%, y sus gastos son uniformes, algún traslado, alguna milanesa...

Y tienen más de 1.000 guardias en varios shoppings, fábricas, supermercados, tiendas, complejos habitacionales de alto nivel, etc.

Se imagina la "seguridad" que brindan esos tipos extenuados, mal alimentados (para tener derecho a "la milanesa" se debe hacer un turno de más de 12 hs.), con nulos conocimientos en la materia (muchos son literalmente analfabetos), maltratados, obligados a veces a permanecer todo el turno bajo la lluvia en invierno o bajo el sol de enero.

Claro, uno se termina por preguntar cómo es posible que se pague tan caro por este servicio de mierda. La respuesta es sencilla: coima. El jefe o gerente que representa a "el cliente", recibe un "sueldito" por mes que ronda los 1.000 dólares. O más; depende el servicio.

También hay empresas que contratan estos servicios, por la sencilla razón que pueden hacer "reventar" a un tipo, sin tener que cargar con las consecuencias de enfermedad, demandas en el MTSS, líos sindicales (no se imaginan lo que es el sindicato de esta empresa de seguridad...); uno es "el cliente", y "el cliente" siempre tiene la razón.

En este tipo de empresas la rotación de personal parece la de un equipo de mini básket.

Explotación y plusvalía "total". Así es como el desempleo en Uruguay, bajó al 6 - 7%. Con esta clase de empleos.

RENAEMSE, el organismo que "controla" a las empresas de seguridad, tiene registrados unos 15.000 guardias en todo el país (se calcula que existen otros 10.000 en negro). Este organismo tiene menos de 20 empleados y deben controlar a más de 350 empresas registradas.

Si se considera "mal pagao", tiene la opción de ser guardia "armado", es decir, ser el blanco principal en un asalto, por ejemplo. Y seguro que así se gana mucho más, ¿no?

Por supuesto: se ganan $ 39,50 la hora (bruto). Y por favor, si usted llega a usar esa arma, más le vale que todo salga perfecto, porque la empresa no le va a defender legalmente, ni le va a pagar un abogado, ni un corno.

Ejemplo: uno está de guardia armado en hall de una financiera. Está lleno de gente. Entra un hombre con una automática en la mano, gritando que es un asalto. Usted (el guardia, no el chorro) no puede disparar porque no hay amenaza inminente de vida desde el punto "legítima defensa". De modo que se queda en el molde.

El tipo, se lleva la plata y antes de salir, empieza a disparar a lo loco y mata un par de personas. En ese momento, usted saca el arma y le dispara, con tanta mala suerte que lo mata. Digo "mala suerte", porque en el preciso instante que le dio el balazo al delincuente, el mismo se había girado y estaba de espaldas saliendo de la financiera, por lo cual ya no es una amenaza. Seguro que usted, como mínimo, pasa una temporadita en prisión pero ahora tendrá antecedentes penales...

Es increíble, pero el consejo que se le da a los tipos que hacen el curso de guardias de seguridad (que dura 2 jornadas de 4 hs., por el que se cobra al empleado unos 1.500 pesos, pero incluye la milanesa al pan) es: "no use el arma, la empresa no se hace responsable de lo que suceda.

Todo es un disparate, pero encaja perfectamente en esta sociedad disparatada, maniática y enferma de codicia.

Hace pocos días, un guardia de seguridad que cumplía funciones en una empresa constructora, violó a la contadora (embarazada) de la misma, la ató, y la dejó encapuchada encerrada en un cuarto. El "repudiable sujeto", tenía dos antecedentes por rapiña y violación. Jamás hubiese podido estar inscripto en RENAEMSE, porque no se admiten antecedentes penales. Pero no, para qué, si la empresa de seguridad tampoco estaba inscripta, ni pagaba BPS.

Ningún directivo de la constructora (que factura más de 2 millones de dólares al año), dio la cara en TV para explicar por qué tenían contratada esa empresa de "inseguridad". Pero todos sabemos la respuesta. Era muy barata...

Un día más en el maravilloso mundo capitalista.


La otra casa del desempleo...el acomodo y los viajes



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