jueves, 28 de abril de 2011

El amigo del Ñato



Sobre el Libro "Cero a la Izquierda" de Federico Leicht (2007)
http://www.elortiba.org/pdf/zabalza.pdf

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—¿No se evaluaba cómo afectaría al gobierno de izquierda en Montevideo una insurrección con la participación del mln?
—Teníamos una visión muy crítica del gobierno de izquierda, no teníamos a nadie ahí.
Pero además quiero aclarar que nosotros colectivamente no veíamos el proceso insurreccional como algo promovido y llevado adelante por el mln en tanto “vanguardia
revolucionaria” . Veíamos al mln preparándose para apoyar algo que tenía que darse a
nivel popular en función de un montón de situaciones que hicieron que en Argentina sí se diera lo que no se dio acá.
Nosotros nos negábamos a admitir también la crisis ideológica, de valores, de ideas. El papel del mln y sus medios y discursos era mantener ese planteo de poder, y las denuncias de corrupción y de violación a los derechos humanos. Ése era el papel del mln.
Si se daba o no dependía también de otros actores. El actor principal fue el fa, que actuó como amortiguador, y la cosa cambia cuando la “barra brava” se pasa para el otro lado. Entonces quedamos colgados de una telaraña, y la enorme mayoría de nosotros nos fuimos para casa.

—En el libro se cuenta de una misteriosa reunión entre usted, Fernández Huidobro y
otros dos “viejos”, cuyos nombres se omiten, con los militares Sarli y Radaelli, que luego terminarían involucrados en el asesinato en Uruguay del agente chileno Eugenio Berríos. ¿Qué se trató en ese encuentro? ¿Cómo surge ese relacionamiento?
—Yo no sé más de esas reuniones que lo que está en el libro. Pero yo lo he dicho muchas veces, esos militares son amigos del Ñato, Radaelli es amigo del Ñato, y el chalé donde nos reunimos era del padre de Radaelli. Por eso la defensa cerrada del Ñato cuando los extraditaron a Chile.
—¿Esa línea de trabajo de Huidobro con militares y policías fue algo que se decidió
orgánicamente o se trataba de una inquietud personal?
—Hay de las dos cosas. Él ahora se va del mln porque quiere libertad, en realidad
siempre gozó de libertad, él en la orgánica planteaba cosas y siempre hacía más o menos lo que quería. Es que por el peso de él en la dirección, no así en las convenciones,
siempre predominaba en las discusiones. Eso fue decidido en la orgánica.
—¿Y cómo se procesaba el tema de esas reuniones en la orgánica?
—Él hizo algunos contactos, planteó el hecho de las reuniones en la orgánica. En el
Comité Central planteamos con un grupo de compañeros que quienes tenían una estrategia eran los militares, que querían hacer un operativo de inteligencia, y que nosotros no nos planteábamos nada. No sé si el Ñato no se planteaba nada, porque tanta persistencia en el tema… Se puede ver cómo ante la ausencia de una organización revolucionaria la relación con estos locos pretendidamente nacionalistas sustituye a la organización. Es la tesis que él ha sustentado muchas veces.


—En el libro se habla de la estrecha relación con movimientos revolucionarios del exterior.
¿Hasta cuándo se mantuvo ese vínculo?
—Se mantiene hasta hoy, aunque sobre bases diferentes. En aquel momento practicábamos la solidaridad activa. Por ejemplo, cuando me fui del mln una de las cosas que me ayudó en la decisión fue la posibilidad de ir a ayudar en la toma de la embajada de Japón en Lima por el mrta.
—¿Y qué pasó?
—Me descartaron porque estaba siendo una figura muy conocida, y había otra gente
no tan conocida que habrá participado. Eso fue en 1997, yo estaba en la presidencia de la Junta Departamental. También pasó que el asunto se postergó dos años, porque
hubo una caída importante de gente. En fin, yo pensé que podía dar una mano importante.
La idea, muy tentadora por cierto, era secuestrar a Fujimori.
—¿Hasta cuándo continuó la preparación de militantes con el horizonte insurreccional?
—Yo puedo decir que hasta el 95 se seguía, después habría que preguntarle a Julio
Marenales si hubo algún entrenamiento en Playa Verde, capaz que sí. Yo hasta el 95 sé lo que pasó, la práctica nuestra era tener una organización que hacía posible contar con armas de lucha popular: molotov, miguelitos, cubiertas, materiales para hacer barricadas.
Así como sabíamos a dónde ir a buscar el carburo para blanquear una pared,
sabíamos a dónde ir a buscar las cubiertas. En conflictos muy grandes, como el de
cutcsa del 88 o los 80 días de huelga en la construcción, ahí estuvimos nosotros.
—Y las expropiaciones como forma de financiamiento, ¿también siguieron hasta ese
momento?
—Como dice el libro, el mln pagó todas las deudas que tenía por la radio Panamericana, cx 44. A menos que la plata se la haya dado Manini Ríos al Pepe, de algún lado salió, ¿no? Pero yo en esas cosas me muevo en un marco muy estrecho, porque no soy ortiba. Lo que rescato es el proceso histórico, nosotros salimos de la cárcel con una intención revolucionaria que era concreta, no verbal, y eso se extendió hasta el 95, abarca una historia de diez años, que son más que los años del 68 al 73. Y esa visión era compartida por todos, la dirección éramos fundamentalmente los cuatro compañeros del Mediocampo de los que habla el libro. Cómo se hacían los contactos internacionales (como el viaje a Libia), cómo se redactaban los proyectos, en eso estábamos los cuatro, y de eso yo quiero dejar constancia para la historia.
El palito de la colmena, como decía Mujica, éramos los cuatro, y el palito no era para vender más barato el pollo inflado a agua congelada sino que era para lo otro, para mantener vivo el horizonte insurreccional. Hay que recordar que en el camino haciaese horizonte murió Rony Scarzella,* cuya muerte sigue impune. También hubo más
muertos, Facal y Morroni, en los hechos del Filtro, que tienen que ver con esta estrategia del mln, y ahí también hay responsabilidad política del mln. Yo quiero que la historia tenga otra versión, y no sólo esa del cuentito de hadas. Y de paso rescato la dignidad de un compañero como Ricardo Perdomo, cuya imagen quedó muy deterioriada.
Yo oí hasta expresiones que hablaban de bandidismo en la época, pero Perdomo no
hizo nada en beneficio propio, no era un bandido.

En la presentación de "Cero a la izquierda"

Cero a la izquierda por el_muerto

Ver además:


La vida del Tambero: "Un cero a la izquierda"


Al Ñato no le gustó 

Zabalza y Leicht quieren a Huidobro y a LA REPUBLICA ante la Justicia
Para el periodista Federico Leicht hay un "operativo" montado en su contra, por parte del senador Eleuterio Fernández Huidobro, LA REPUBLICA y el periodista Raúl Legnani. "Van a tener que hacerse cargo de esa mentira que han dicho", aseguró el ex funcionario del Hospital Policial, quien se molestó porque el legislador de la Cap-Libertad dijo que "el libro de Zabalza lo hizo un agente policial". Zabalza, según Ultimas Noticias, está en la misma sintonía que Leicht.

Ayer se conoció, a través de Ultimas Noticias, que el ex edil Jorge Zabalza (tupamaro histórico) presentaría una denuncia por "difamación o injuria" contra el senador Eleuterio Fernández Huidobro, también fundador del MLN.

Todo sucedió después de que se diera a conocer el libro "Cero a la izquierda. Una biografía de Jorge Zabalza", que contiene reflexiones y un amplio anecdotario de Zabalza sobre su vida personal y política, además de construir una nueva mirada sobre la historia del MLN.

El contenido del libro, más una entrevista que le realizó Brecha a Zabalza, provocó la reacción de Fernández Huidobro, quien le dijo al periodista Raúl Legnani, de LA REPUBLICA, que "este libro está hecho por un funcionario policial del Ministerio del Interior, el señor Federico Leicht".

En el momento justo "inteligencia" en Teledoce, y el fondo de la cuestión


Ver ademas:
El Ñato y los militares que seguían asesinando en democracia

LA República vocero de los servicios de inteligencia y el gobierno.
(que falta de periodismo!!!!)


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