martes, 13 de septiembre de 2011

Aratirí: El mal rayo que nos va a partir (parte 11)



O la historia de una comisión secreta
“Y estamos hablando, sobre facturación bruta, a precios actuales, de más de 3000 millones de dólares, de ganancias no inferiores a 1500 millones de dólares”



“Y estamos hablando, sobre facturación bruta, a precios actuales, de más de 3000 millones de dólares, de ganancias no inferiores a 1500 millones de dólares”
Tal lo que decíamos, el 23 de junio de este año,  basándonos en datos sobre las ganancias de un gigante de la minería del hierro (BHP Billiton) en relación a las ganancias probables del proyecto de ZAMIN FERROUS.
Ya el 20 de julio decidimos arriesgarnos a llevar adelante y publicar un cálculo más detallado. Nos basamos en datos conocidos sobre facturación de la empresa y la extracción de mineral de hierro.
Los supuestos de partida especificaban un costo de la energía para aquella de 95 dólares el GWH, un precio de venta CIF China de 170 dólares la tonelada, y un precio FOB Uruguay de 150.
“Manos compañeras” nos han hecho llegar una versión del informe (2) que presentó el economista Masoller en la primera reunión de la comisión multipartidaria que se formó a instancias del poder ejecutivo para llegar a soluciones de consenso sobre el tema de la “Minería de Gran Porte”, como la denominó aquel.
Hasta donde sabemos dicho informe no ha sido hecho público. Una más de la larga lista de opacidades que salpican toda esta historia.
Ahora del juego al escondite con la ciudadanía, propietaria del recurso mineral de hierro, participan los cuatro partidos políticos con representación parlamentaria. Ya no se trata solo del poder ejecutivo y sus adláteres.
El extenso material contiene algunos datos realmente jugosos:
Uno de los cuadros dice lo siguiente:
Precio estimado del concentrado de hierro producido en Uruguay
 
Precio IODEX 62% Fe CFR North China (31-08-11)     180 US$
Prima de U$S 6 por punto porcentual de Fe (69% Fe)      42 US$
Precio CIF para concentrado de hierro uruguayo             222 US$
Costo flete marítimo                                                           30 US$
Precio FOB Uruguay                                                        192 US$
 
O sea:
subestimamos el dinero a obtener en forma bruta por la empresa explotadora del mineral en 42 dólares por tonelada.
Basándonos en las 18 millones de toneladas anuales a producir en esta etapa de desarrollo del proyecto (se están explorando otras áreas potencialmente ricas en mineral) el bruto a obtener da 756 millones de dólares más que nuestras estimaciones.
Otra de las láminas expuestas por el jerarca del MEF calcula un costo operativo de 30 dólares por tonelada. No especifica de donde sale esa cifra. Pero no tenemos problema en admitir que nuestras estimaciones (19 dólares) puedan ser menos ajustadas a a la realidad que las oficiales.
Al fin y al cabo si las cosas se hacen con honestidad la disparidad de recursos humanos y materiales de que dispone el MEF son infinitamente mayores a las nuestras.
Aún así, sumando algebraicamente ambas diferencias hemos subestimado las ganancias potenciales de la empresa en 31 dólares por tonelada de mineral de hierro embarcado.
El MEF incluye en sus cálculos una atribución de 10 dólares por tonelada como costo financiero de la empresa.
Y allí discrepamos conceptualmente: desde el punto de vista de los ciudadanos de este país propietarios del recurso es indiferente como se reparten la empresa y sus financiadores las ganancias.
Solo tomamos en cuenta, por tanto, el costo operativo, o sea, los gastos reales que la empresa (cualquiera fuera, estatal o privada) debería afrontar para extraer y embarcar el material.
La conclusión del trabajo (Aratirí: el mal rayo..4) nos daba una ganancia proyectada, antes de impuestos de 2.203 millones de dólares anuales.
Si, estimado lector: dos mil doscientos tres millones de dólares anuales.
Pero; si ajustamos nuestra previsión de acuerdo a los datos que aporta el MEF; dicha ganancia se elevaría a 2.959 millones de dólares anuales.
Para comparar: los intereses de la deuda pública suman alrededor de mil millones por año.
La cifra de dinero necesaria para echar andar correctamente la red de ferrocarril de carga  monta algunos cientos de millones de dólares.
Y así podríamos seguir hasta casi el infinito mencionando parámetros de comparación.
Dentro de los asuntos que se han conocido estos días vinculados al asunto está un trabajo muy importante del economista y contador Fernando Etchevers (1) sobre las consecuencias en el tema del consumo de energía que implicaría para UTE y para el país el inicio de operaciones de una minera en esta escala.
Según datos oficiales que proporciona FE habría un precio pactado de 83 dólares el MWH, inferior al costo de producción o importación desde el exterior (Brasil, Argentina, Paraguay) de dicha energía.
O sea, entre las condiciones pactadas hace tiempo, (¿contrato de inversión confidencial o secreto, tal como se hizo con Montes del Plata?) estaba no solo, probablemente, la desgravación impositiva casi total, sino también el subsidio a la energía eléctrica.
Dicho sea de paso la empresa iba a pagar (esperamos que eso sea revisado) por la energía casi tres veces menos (8,3 contra 22,4 dólares el GWH) de lo que pagamos los ciudadanos de este país por ella.
Todo esto plantea cada vez en forma más acuciante los aspectos económicos del asunto:
1) ¿Quién debe explotar el hierro que yace en nuestro subsuelo?
2) Si no lo hace el Estado Nacional:
¿bajo que condiciones debería hacerlo cualquier empresa privada, independientemente si es Zamin Ferrous o cualquier otra?
Hemos dicho más de una vez que lo correcto es que el mineral de hierro lo explote directamente el estado.
Sería la forma más segura de garantizar que los potenciales beneficios (acompañados, claro de los correspondientes riesgos) sean capitalizados por el conjunto de los habitantes del país, especialmente los trabajadores.
Por supuesto, existen riesgos; en primer lugar podría no existir tanto hierro como afirma la empresa. Hemos consultado a algunos expertos que no tienen vinculación alguna con aquella y quedamos bastante convencidos de que es cierto que existe una cantidad de mineral explotable tan grande como se afirma.
En segundo lugar existe el riesgo de que los precios internacionales sufran una gran caída a partir del comienzo de la explotación de  nuevos yacimientos. No es posible descartar esto último completamente. Por supuesto, tampoco se puede afirmar que la tal caída drástica de los precios es probable, mucho menos inevitable.
De todas formas, si dicha caída de precios se produjera y la minera estuviera en plena producción el país se encontraría ante una situación bien compleja: 1500 (tal la cantidad que se afirma va a emplear) trabajadores en seguro de paro o despedidos, una enorme infraestructura industrial y portuaria en abandono y una serie de pozos de grandes dimensiones también en abandono. Nadie piense que ante tal situación esta o cualquier otra empresa se va a responsabilizar de esos gigantescos esqueletos y agujeros.
Un enfoque con énfasis en el interés nacional aconsejaría un inicio prudente, a una escala sustentable y que contemple ya desde el principio dedicar una parte de la producción al funcionamiento de un alto horno para producir acero.
En el caso de que se otorgue a una empresa privada anacional o extranjera el derecho a la explotación del mineral nos parece que el Estado deberá participar en los beneficios dejando al privado un  margen de ganancia razonable, no de acuerdo a los que implican una extracción grosera de renta, sino los que corresponden a ganancias empresariales fruto de la inversión industrial.
Esto es: márgenes del orden del 20% anual sobre la inversión; por lo menos en los primeros años. Reservando al Estado el derecho a reducirlos más si no se presentan obstáculos significativos al proceso.
Recuperar el capital invertido en 5 años no es una mala alternativa para ninguna empresa en el mundo. Aún contemplando márgenes de riesgo algo más altos a los promedio.
Tolerar la situación de que una empresa de gran porte recupere la inversión en un año (cual sería el caso si se lleva adelante el proyecto “como venía”) sería una estafa a la Nación.
Aún lo que está pasando con UPM que, tal cual hemos demostrado, recuperó la invesión en menos de 3 años no es aceptable bajo ningún  concepto.
Y pensamos que un esquema impositivo para llevar adelante estas ideas debe estar basado en los siguientes lineamientos:
a) no exencionar a la empresa extractiva de ningún impuesto nacional o departamental. b) imponer gravámenes sobre ingresos brutos, tipo un canon especial que pueda ser aumentado o disminuido de acuerdo a la evolución de la relación costos internos-precio del mineral.
c) imponer, tal cual lo hace la India (que curiosamente no figura en el extenso relevamiento de sistemas fiscales a la minería que presentó Masoller en la comisión), detracciones a la exportación de mineral de hierro.
La India fija una tasa del 20%.
Este tipo de impuesto ha demostrado ser sumamente eficaz para estimular la creación de industrias nacionales, acá y en el extranjero.
Su funcionamiento es simple: el industrial nacional (o extranjero instalado en el país) obtiene la materia prima sensiblemente más barata que su precio internacional.
De acuerdo a los números que proporciona el informe oficial no tiene mayor sentido permitir que la empresa gane más de 700 millones de dólares por año.
Aún admitiendo que a esa cifra se agregue el costo financiero estimado (180 millones de dólares) la relación de ganancias (si todo lo demás se mantiene igual) Estado-empresa no debería ser inferior a 3-1. O sea, 75% para el Estado.
Y si estos señores deciden no llevar adelante el proyecto en estas condiciones……pues que se vayan.
Que así operan los países que conservan intacta su dignidad.
El juego está ahora en la cancha de la comisión multipartidaria; Comisión que opera en el mayor de los secretos. No entendemos porque no se hacen públicas las actas de la misma.
¿Por qué los dueños del mineral de hierro no tenemos derecho a saber lo que se está hablando entre cuatro paredes por parte de unos 8 o 10 representantes de los partidos políticos?
¿Qué están tramando tan secreto que los ciudadanos no debemos conocer?
Estoy convencido de que la empresa se entera al minuto de todo lo que se trata en dicha comisión.
Demasiados funcionarios públicos del poder ejecutivo hablan del tema como si fueran funcionarios de Zamin Ferrous, antes que servidores de la Nación.
Y son archiconocidos los vínculos con la empresa de destacados ex funcionarios y militantes y aún ex (o no) dirigentes del partido de gobierno.
Resulta absolutamente inadmisible que la citada comisión opere en un ámbito reservado.
Tenemos la esperanza de que eso cambie…..
Si eso no sucede la historia los juzgará

Recomendamos calurosamente la lectura atenta de este importante trabajo.


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