28 de Mayo - Día de los Mártires de la
Industria Frigorífica
Estimados compañeros, compañeras, autoridades, organizadores,
invitados:
El 28 de mayo es un día emblemático y un reconocimiento
a todos los trabajadores de la Industria Frigorífica. Como cada año, se rinde
homenaje a seis compañeros caídos en defensa de sus derechos, transformándolos
en mártires y en un símbolo para todo el movimiento sindical.
Con emoción, pero también con ineludible deber de
gratitud, evocamos a los obreros de este gremio que encontraron la muerte en
diferentes momentos y circunstancias, pero con un factor común: la lucha por
las reivindicaciones de los trabajadores.
De aquí la consigna: “Murieron en defensa de la libertad
porque cayeron defendiendo la Clase Obrera”
También es un reconocimiento a todas las generaciones de
trabajadores y dirigentes que fueron parte de la historia, sin excluir el
compromiso que tuvieron las mujeres: esposas, madres y compañeras. Y sin
olvidar, que el amor de un obrero por sus hijos, fue un valioso sostén para la
lucha.
A lo largo de la historia, las organizaciones sindicales
han tenido un papel muy importante en la defensa de los derechos humanos de
miles de trabajadores.
Y sabemos, a través de la misma historia, que desde el
año 1958, fue creciendo una feroz represión contra obreros y estudiantes. Los
desbordes barbáricos y autoritarios del gobierno de turno, se aplicaron con
total impunidad, y las graves violaciones a los derechos humanos se
incrementaron durante el período del terrorismo de Estado y permanecieron hasta
mediados de los años 80.
Con la dictadura cívico militar, llegó también el cierre
de muchas fuentes de trabajo, entre ellas la de los frigoríficos, agudizando el
deterioro provocado por la crisis económica, destruyendo así, uno de los polos
gremiales más fuertes del país.
Hoy, en otro contexto social y político, vamos a
recordar a los compañeros caídos por sus acciones, porque los muertos florecen
en enseñanza e iluminan el camino a los que vienen. Sentimos que ellos empujan,
que nos susurran al oído, que nos invitan a retomar sus banderas y sus sueños.
Los sueños de siempre, lo que sueñan los pueblos: libertad, trabajo y dignidad
humana. Sueños que resistieron clandestinamente como raíces, como semillas,
esperando el momento de florecer.
Para ello, resulta imprescindible ser conscientes y
consecuentes con nuestros actos, pensamientos y actitudes frente a las dificultades
que surjan en el camino.
Una
breve valoración de lo acontecido en DDHH:
Desde que se reinstauró la democracia, el Estado no
cumplió con su responsabilidad de investigar,
perseguir y juzgar a los responsables de los hechos del pasado.
Las indagaciones no pueden ser impedidas por
ninguna ley, prescripción o amnistía.
A pesar de ello, en estos últimos dos períodos de
gobierno, hubo algunos avances: Gracias a las denuncias de las víctimas y sus
familias, a un grupo de abogados, a pocos funcionarios del Poder Judicial
(algunos sometidos a presiones indebidas, como en el caso de la jueza Mariana
Mota o la fiscal Mirtha Guianze) a Madres y Familiares de Detenidos
Desaparecidos, PIT-CNT, CRYSOL, y muchas otras organizaciones sociales, se
logró investigar y obtener información para enjuiciar y enviar a prisión a un
grupo reducido de represores. Aunque no suficiente, es representativo.
Con la Ley de Caducidad vigente, en el primer período de
gobierno, el presidente Vázquez, aunque
condicionadas a ciertas circunstancias, habilitó investigaciones.
Luego de varios intentos fallidos, el año pasado se dictó una ley, que en los
hechos, deja sin efecto la caducidad y se pronuncia expresamente sobre la
prescripción de los delitos del período dictatorial.
Basado en esto, el presidente Mujica revocó todos los
actos administrativos de los gobiernos anteriores y se reabrieron los
expedientes con el argumento que había nuevos elementos de juicio para
reiniciar las investigaciones.
Otro hito importante fue lograr que la Suprema Corte de Justicia,
por unanimidad, declarara inconstitucional la Ley de Caducidad. A esto se
agregó la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso
Gelman. Aunque aún, no se ha logrado que se valore su importancia y
obligatoriedad para el ordenamiento jurídico uruguayo.
En ese contexto, y desde el inicio del gobierno de
Vázquez, se reiniciaron las excavaciones y se constituyó el Equipo de
Antropología Forense. De esta manera se han hallado los restos de Ubagesner Chávez Sosa, Fernando Miranda,
Julio Castro y Ricardo Blanco. Además de fragmentos óseos de otros
detenidos desaparecidos, confirmando, que la información de los militares era falsa
y en otro acto de crueldad inusitada, nos quisieron vender la historia de la
“Operación Zanahoria”. Aprovecho esta ocasión, para agregar, que hace unos días
en Argentina, se identificaron mediante un examen de ADN, los restos óseos del
uruguayo Alberto Mechoso
desaparecido en aquel país y que también perteneció a este gremio.
Gracias a la presión ejercida por los que no renunciamos a la memoria, se siguen
presentando una considerable cantidad de denuncias por delitos que hasta ahora
no habían sido objeto de persecución, por ejemplo, la tortura y el abuso
sexual. También se ha logrado, en la mayoría de los casos judiciales, el
pronunciamiento acerca del derecho a la Verdad, a conocer lo que sucedió, con
independencia de lo que efectivamente se logre al final.
Una
reflexión:
Todavía falta… Falta concientización en la gente. Falta
conocimiento de los horrores que se vivieron para generar una verdadera condena
social. En Argentina, el Juicio a las Juntas, al comienzo del primer gobierno
democrático, sirvió para que el pueblo supiera y tomara conciencia de lo que
pasó. En nuestro país no. Cuando alguien logra traspasar ese muro de silencio,
impuesto muchas veces, por los medios de comunicación, se horrorizan. La
televisión se ha encargado de dejarnos impactados mostrando una y otra vez a
los “indignados por la inseguridad ciudadana”, resaltando morbosamente cada
detalle de la crónica roja. Terribles hechos de violencia… y terrible también,
la manipulación mediática. Quisiera saber, con todo respeto, cuantos indignados
hay por las aberraciones cometidas por el Estado, por los uruguayos
desaparecidos, los asesinados en la tortura, los abusos sexuales, los métodos
particulares que se le aplicaban a las mujeres, que muchas veces significaron
la pérdida de embarazos, o en todo caso, el robo de sus hijos. Una cosa es la
política de terrorismo aplicada por el Estado contra el pueblo durante años, y
otra, el espantoso flagelo de la droga, el narcotráfico y la violencia
doméstica.
Mientras algunos buscan encarcelar a los jóvenes,
cada vez más jóvenes, los grandes criminales siguen protegidos y gozando de
total impunidad.
Por experiencia sabemos, que en este tema, no
alcanza solamente con los acuerdos internacionales, leyes, normas o estatutos.
Es necesario una responsable investigación integral. Es necesario que se
generen procesos para un cambio de actitud. Esto se logra redoblando el
compromiso en la defensa y revalorización de los derechos humanos.
Concientizando y sensibilizando a la población mediante el conocimiento, la
educación y la difusión de los mismos. Convencidos de levantar la voz para ser
escuchados y terminar de una buena vez con la “teoría de los dos demonios” que
solo intenta generar falsos equilibrios.
Esta larga pelea debe continuar, generando además,
espacios para la memoria, con mayor razón, cuando determinados políticos
deciden, por sí y ante sí, que hay que olvidar.
En nombre de Ruben
Paleo, César Muñoz, Justo Páez, Walter Motta, Raúl Denis y Nuble Yic:
¡Memoria, Verdad y Justicia!
¡Salud, compañeros!
Marys Yic – 28 de Mayo 2012 -
FOICA
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