martes, 4 de junio de 2013

El mundo neoliberal de Astori

Astori apuesta por Alianza del Pacífico


 Martes, 28 de Mayo de 2013
La Alianza del Pacífico y EEUU

Análisis de la Alianza del Pacífico como caballo de Troya de EEUU en América Latina.

por Gemán Gorraiz Lopez

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Los cuatro países que constituyen la llamada Alianza del Pacifico ( junto a más de 400 empresarios a nivel mundial) se reunieron en Santiago de Cali con el propósito de “estimular el intercambio comercial entre las naciones, promover la región conformando una zona de libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales a fin de que puedan y tengan capacidad de negociar en bloque con los países asiáticos”. Dicha Alianza (Lima, 2011) , promovido por Estados Unidos  y secundado por México , Colombia, Chile y Perú tendría como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur  (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), siguiendo la doctrina Monroe ”América para los americanos”.


Su importancia  fue destacada por el analista y economista Jorge González Izquierdo, quien dijo a la AFP que este bloque en lo político “es un contrapeso al grupo que quiso formar el presidente Hugo Chávez de Venezuela”, en alusión a la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda. Así, según explica Patricio Carvajal Aravena en dossiergeopolitico.com, “América para los americanos debe constituir la base de una geopolítica genuinamente americana, lo que implica la presencia inequívoca de EE.UU en dicha Alianza del Pacífico”, con lo que tras una fachada neoliberal, se escondería un refinado proyecto de ingeniería geopolítca cuya finalidad última sería dinamitar el proyecto integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los Gobiernos progresista-populista de la región, en especial de Venezuela tras quedar huérfana del alma mater de la Revolución Bolivariana (Chávez).
Estrategia kentiana de EE.UU.: Para entender la finalidad última de este proyecto económico y geopolítico de EE.UU, debemos acudir a Sherman Kent , quien en su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” publicado en 1949 , expresó: “La guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: [...] armas [...] políticas y económicas. La clase de guerra en que se emplean [...] (son la) guerra política y la guerra económica.”
Los fines de estos tipos de guerra fueron descritos por este autor de la siguiente manera: “en estas guerras no convencionales se trata de hacer dos cosas: debilitar la voluntad y la capacidad de resistencia del enemigo y fortalecer la propia voluntad y capacidad para vencer” y más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro”.  Así, EEUU podría estrechar lazos comerciales y militares con el presidente dominicano, Danilo Medina ante el peligro de contagio mimético de los ideales revolucionarios chavistas al depender el país dominicano de la venezolana Petrocaribe para su abastecimiento energético.


 EEUU busca ser aceptado en su patio trasero

Campaña desestabilizadora en Venezuela: Tras las reñidas elecciones presidenciales en Venezuela en las que  Maduro se habría impuesto a Capriles por el estrecho margen de 200.000 votos, la oposición proyectó la sombra de la duda sobre la legitimidad de dicha victoria presentando ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en Caracas un recurso de impugnación de las elecciones presidenciales con la esperanza de llegar a las más altas instancias jurídicas internacionales.En lo referente a la situación económica, según el profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Pedro de Palma, “la economía venezolana sufre graves desajustes que requieren medidas correctivas y que al final tendrán su reflejo en la elevada inflación, PIB, empleo y calidad de vida, desajustes que crean severos problemas de desabastecimiento en la industria petrolera y en la economía real debido a las limitaciones del aparato productivo interno para satisfacer la demanda”, lo cual implica un aumento desmedido de las importaciones y del Déficit exterior.
Asistiríamos pues a una división casi simétrica de la sociedad venezolana que aunado con la explosiva situación económica de Venezuela, será aprovechado por EEUU para escenificar una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluirá el desabastecimiento selectivos de artículos de primera necesidad , la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana y de la legitimidad democrática de Maduro y  con la inestimable ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental de EEUU) podrían llegar a desestabilizar la herencia del régimen chavista, no siendo descartable la gestación de una trama endógena que intentara un golpe de mano contra el mandatario venezolano teniendo como brazo ejecutor a unidades de élite de la Armada venezolana ( UOPE).

El rol emergente de Brasil: Rusia y Brasil forman parte de los llamados países BRIC (se emplea la sigla BRIC para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India y China), y aunque se descarta que dichos países forman una alianza política como la UE o la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), dichos países tienen el potencial de formar un bloque económico con un estatus mayor que del actual G-8 (se estima que en el horizonte del 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 34.951 Billones de $)  y tanto Francia como EEUU ven a Brasil como un potencial aliado en la escena global y al que podrían apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente, con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la Geopolítica Mundial y su asunción del papel de “gendarme de los neoliberales” en Sudamérica.
Así, el presupuesto de Defensa de Brasil en 2011 se elevó a los 30.500 millones de dólares (cifra que representa la mitad de todo lo invertido en defensa en  toda América del Sur, según el Stockholm International Peace Research Institute) y espera “incrementar el gasto en defensa del 1,5 al 2% para asimilar su presupuesto en este capítulo al del promedio de las otras potencias emergentes del grupo BRICS” según ha declarado Celso Amorim, ministro de Defensa brasileño en una entrevista durante el Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina. Según LATAM, el Gobierno de Dilma Rousseff ha heredado la decisión sobre la compra de los 36 aviones de combate con los que Brasil quiere modernizar su flota, compra por la que compiten la estadounidense Boeing con el F-18 y la francesa Dassault Aviation, con el Rafale y que incluye una inaudita trasferencia de tecnología de dichos aviones en contrapartida, estando en juego  un contrato estimado por Amorim en unos 5.000 millones $, compra que según afirmó” no se verá alterada por la desaceleración de la economía brasileña, que pasó de un crecimiento de un 7,5 por ciento en el 2010 a un 2,7 por ciento en el 2011”. 
Para completar el puzzle, Raúl Zibechi en APC-suramerica.net afirma que  el ex-Secretario de Defensa de EEUU, León Panetta ofreció una conferencia en la Escuela Superior de Guerra de Río de Janeiro, en la que detalló su propuesta de amplia cooperación estratégica entre EEUU y Brasil y agregó “que la compra de los 36 cazas F-18 puede transformar radicalmente la relación entre ambas industrias de defensa “ por lo que en palabras de Zibechi “ el Pentágono realiza su generosa oferta tecnológica y diplomática (el asiento en el Consejo de Seguridad) a cambio de una sumisión militar y estratégica”. 
Respecto a Argentina, el Gobierno norteamericano había felicitado a Cristina por el resultado electoral a través del portavoz para los asuntos de América Latina de EEUU, William Ostick quien transmitió la voluntad de la administración de Obama de "trabajar productivamente" con el gobierno argentino tras los últimos desencuentros entre ambas administraciones.Sin embargo, en el encuentro privado que mantuvieron en Cannes Fernández de Kirchner y Obama en el marco del G-20 del 2012, la mandataria argentina  no habría sido sensible a las tesis de Obama y no habría aceptado la reanudación de ejercicios militares conjuntos con EE.UU y otros países en territorio argentino coordinados por EEUU,( pues de facto habría significado la ruptura de la nueva doctrina militar diseñada para la región por los gobiernos que suscribieron la UNASUR) , con lo que cobraría fuerza la hipótesis de que el objetivo de EE.UU. sería reconducir los pasos del Gobierno argentino para lograr su ingreso en el Acuerdo del Pacífico, siguiendo la teoría kentiana del garrote y la zanahoria.
¿Retorno al Big Stik:?: Caso de no ser sensible el Gobierno de Dilma Rousseff a las tesis de EEUU, no sería descartable el retorno a la política del Big Stick o "Gran Garrote", (cuya autoría cabe atribuir al presidente de Estados Unidos Theodoro Roosevelt  ), sistema que desde principios del siglo XX ha regido la política hegemónica de Estados Unidos sobre América Latina, siguiendo la Doctrina Monroe , "América para los Americanos".
 Así, a comienzos de los años sesenta, el miedo al mimetismo cubano había llevado a los EEUU a apoyar los golpes militares del que serían paradigmas en Centroamérica los casos de El Salvador , (donde una junta militar se apoderó del poder en 1961), de Guatemala (el presidente Idígoras Fuentes fue derrocado por los militares en marzo de 1963) y Honduras (el presidente Villeda, acusado de poca firmeza frente a la subversión comunista, fue derrocado en octubre de ese mismo año); los militares tomaban el poder en Perú en julio de 1962; el presidente ecuatoriano Otto Arosemena era derrocado a su vez en julio de 1963 por "complacencia ante el castrismo”;el ejército boliviano tomó el poder en noviembre de 1964; en Argentina el general o­nganía hizo lo propio en junio de 1966 y finalmente en Brasil, el 31 de marzo de 1964 las fuerzas armadas derrocaban a Goulart .
De todo ello, se deduce que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola desestabilizadora (cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década) y que tendrán a Honduras, Paraguay, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil, Granada y Panamá como paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos “ que protagonizará EEUU en esta década en el nuevo escenario panamericano que surgirá tras el retorno al proteccionismo económico y consiguiente finiquito a la economía global.


 La dupla neoliberal de Santos y Capriles


Santos, la conjura contra Venezuela y la Alianza del Pacífico
 Hola todas y todos. Comparto una nota sobre el tema. Una versión reducida saldrá publicada  en Página/12.
Fraternalmente,
Atilio Borón

Por más que se lo suela poner en cuestión, todo acuerdo económico es a la vez un compromiso político. El pensamiento neoliberal presenta sus opciones políticas (por ejemplo, promover un modelo económico que enriquece  a los ricos y espolia a los pobres) como si fueran el resultado de un cálculo técnico o de una racionalidad abstracta, cuando lo cierto es lo contrario.
      Lo anterior vale tanto para los acuerdos sellados en el plano doméstico como en el internacional. Por eso no puede causar sorpresa la provocación en que incurrió el gobierno de Juan M. Santos –ahora dice que todo fue un “malentendido”- al recibir al perdidoso candidato de la derecha venezolana, Henrique Capriles. Al hacerlo, el presidente colombiano le confirió legitimidad a sus escandalosas denuncias –refutadas por sucesivas auditorías practicadas sobre los resultados electorales del 14 de Abril- y se alineó irresponsablemente con el líder del ala fascista y más radical y golpista de la derecha venezolana.
      ¿Sólo con ésta? No, porque la estrategia de desgaste del antichavismo no es creación original venezolana sino expresión de las directivas que emanan desde Washington para concretar su proyecto destituyente y tratar de borrar al chavismo de la faz de la tierra. Por eso la Casa Blanca continúa sin reconocer la legalidad y la legitimidad del triunfo de Nicolás Maduro en las pasadas elecciones presidenciales. El empecinamiento del insólito Premio Nobel de la Paz no es inquina personal sino el meticuloso cumplimiento del proyecto de reversión de la correlación internacional de fuerzas en el hemisferio que en el 2005 provocara el naufragio del ALCA en Mar del Plata. Componente fundamental de ese proyecto es el permanente acoso, la deslegitimación y la desestabilización de los gobiernos bolivarianos y progresistas de la región. El sueño imposible del imperio es restablecer en Latinoamérica una situación anterior a la Revolución Cubana, cuando las órdenes de la Casa Blanca eran obedecidas sin chistar por los gobiernos de la región. Este es el sentido fundamental de la tan publicitada y alentada Alianza del Pacífico conformada por México, Colombia, Perú y Chile, que a instancias de Washington organizó nada menos que siete Cumbres en poco más de un año. El objetivo de este hiperactivismo diplomático es principalmente político y, en menor medida, económico. Lo primero, porque pretende rehacer el mapa sociopolítico regional acabando con los gobiernos de los países del ALBA e inclusive con sus aliados, como los de Argentina y Brasil, “cómplices” según Washington de la derrota del ALCA. Y en lo económico, porque la AP es la más importante pieza de la contraofensiva imperialista destinada ahora, ya mismo, a concretar un ALCA con otro nombre y, a la vez, para potenciar el papel de “caballos de Troya” que Washington les tiene asignados a los gobiernos de la AP para socavar desde dentro a proyectos que suscitan el visceral rechazo de la Casa Blanca como la UNASUR, la CELAC y, en menor medida, el Mercosur. No sorprende que los gobiernos y políticos más reaccionarios del continente, ¡y los de Europa! compitan entre sí para ver quién entra primero a esa alianza concebida y orquestada por los Estados Unidos para defender sus propios intereses utilizando a sus peones latinoamericanos y europeos. ¿Qué sentido tiene que países como España, Australia, Uruguay y Japón, que hoy día tienen el estatus de observadores, hayan declarado que solicitarán su adhesión para convertirse en miembros plenos de la AP durante el 2013.” Australia y Japón, ¿necesitan de este instrumento norteamericano para vincularse con el nuevo centro de gravedad de la economía mundial que se halla, precisamente, en su entorno inmediato, o es que se trata de dos países sometidos militar, económica y diplomáticamente a la voluntad de la Casa Blanca y que por lo tanto actúan según se les ordena?
       Claro está que este engendro norteamericano, del  cual Santos es el principal articulador (recordar que la última y fundamental reunión se hizo el 22/23 de Mayo en Cali) requiere de sus protagonistas una abyecta sumisión a los edictos y las prioridades imperiales. Para la Casa Blanca hoy nada es más importante que aprovechar el momentáneo desconcierto provocado por la muerte de Hugo Chávez para reordenar lo que el Secretario de Estado John Kerry denominara -en una expresión que por su carácter despectivo había caído en desuso- al “patio trasero” de Washington. Y Santos obedeció el mandato y recibió a un desprestigiado político amparado por lo peor de la derecha latinoamericana y europea -principalmente el corrupto Partido Popular de España, cuyo jefe en las sombras es José M. Aznar- y culpable de haber instigado actos criminales que culminaron con la muerte de once chavistas y más de un centenar de heridos amén de la destrucción de numerosos centros de salud y oficinas públicas. El objetivo de la gira latinoamericana de Capriles es desprestigiar al gobierno de su país a cualquier precio, inclusive deteriorando las ya de por sí difíciles relaciones  colombo-venezolanas. Pero Washington hace saber a sus clientes que no hay límites éticos ni escrúpulos de ningún tipo a la hora de aislar al gobierno de Venezuela, caracterizándolo como un “estado canalla” y debilitarlo para facilitar su indefensión ante los ataques de Washington. Para ello se combinarán estrategias de hipócrita seducción –Joe Biden bendiciendo a Brasil como potencia ya “emergida” pero sin hablar de que es el país al cual EEUU ha rodeado con más bases militares en toda Latinoamérica- con otras más brutales, como las que seguramente habrá comunicado Roger Noriega en su viaje a Colombia al presidente Santos, y con iniciativas como las de la AP, que dados sus objetivos y extraordinaria movilización de recursos sería muy peligroso no tomar seriamente en cuenta. Todo indica que el pueblo y el gobierno venezolanos son plenamente conscientes de esta amenaza, y están preparados para resistir y no sólo eso, sino también prevalecer. Saben que contarán con la solidaridad militante de la mayoría de los pueblos y los gobiernos de Nuestra América que con sus luchas derrotarán esta nueva tentativa de establecer un ALCA, ahora con otro nombre. En el nauseabundo contexto internacional arriba señalado cabe destacar el honroso gesto del presidente Rafael Correa que, por boca de su Canciller, hizo saber que Ecuador jamás recibiría a Capriles.



04 de junio, 2013
Astori apuesta por la Alianza del Pacífico y denuncia "inacción" del Mercosur.

Montevideo, 3 jun (EFE).- El vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, defendió hoy la intención de su país de incorporarse a la Alianza del Pacífico, el bloque formado por México, Colombia, Chile y Perú, tras denunciar el actual estado de "inacción" del Mercosur.
 El vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, defendió hoy la intención de su país de incorporarse a la Alianza del Pacífico, el bloque formado por México, Colombia, Chile y Perú, tras denunciar el actual estado de "inacción" del Mercosur.
"Hoy somos Estado observador, pretendemos llegar cuanto antes a Estado candidato a miembro pleno y ojalá pueda darse lo antes posible la calidad de miembro pleno para Uruguay", dijo Astori, que preside también el Parlamento de su país, en una entrevista con Efe.
Según el vicepresidente, que representó a Uruguay en la última cumbre de la Alianza del Pacífico en la ciudad colombiana de Cali a fines de mayo, el objetivo de ese plan es "diversificar aún más la inserción internacional de Uruguay, un país físicamente pequeño pero con un gran potencial".
La pequeña nación sudamericana, de 3,3 millones de habitantes, ve en ese bloque "un proyecto con mucha potencial integracionista" porque los países que lo componen son "muy abiertos" y "tienen una cobertura de relaciones con el exterior que es muy amplia", explicó.
Además, esas naciones "apuntan a la región que es el principal factor de la correlación de fuerzas mundiales, Asia Pacífico".
Astori remarcó que el 38 por ciento del comercio global de Uruguay es con ese bloque y "con los países no americanos del Pacífico, un "cifra sin duda muy alta".
Recordó además que Uruguay ya tiene un acuerdo de libre comercio bilateral con México y otros con Colombia, Chile y Perú a través del Mercosur, el bloque formado también por Argentina, Brasil, Venezuela y Paraguay (este último suspendido).
Por eso, dijo estar "absolutamente en desacuerdo" con unas declaraciones recientes del alto representante de Brasil en el Mercosur, Iván Ramalho, según el cual ese último grupo solamente puede "negociar en bloque" con la Alianza del Pacífico.
"Uruguay es un país soberano que puede definir por sí mismo su política de inserción internacional", le respondió el político del izquierdista Frente Amplio.
El vicepresidente reconoció que "para Uruguay el Mercosur es imprescindible porque todo país tiene que comenzar por estar integrado con sus vecinos", pero tampoco puede "ignorar la realidad", que demuestra "la imposibilidad" de ese bloque "de tener políticas económicas comunes".
Como ejemplo puso la situación generada por el mercado paralelo del dólar en Argentina, una "decisión soberana" del Gobierno de Cristina Fernández, pero que está generando una distorsión no solo en la nación vecina, sino también en Uruguay.
Astori recordó que el pacto fundacional del Mercosur, el Tratado de Asunción (1991), era "muy ambicioso", porque "no solo preveía una zona de libre comercio y unión aduanera, sino también mercado común", pero la realidad dos décadas después es muy distinta.
"Al mercado común nunca llegamos, la unión aduanera está totalmente destrozada y la zona de libre comercio tampoco funciona porque no hay libre tránsito de bienes y de servicios. El Mercosur está en un estado de inacción prácticamente total", remató.
Como ha dicho en varias ocasiones este año, reiteró que las relaciones de Uruguay con Argentina "están en su peor momento" en años desde el punto de vista comercial, económico y de cooperación en infraestructuras.
"Esto no significa en absoluto confrontar con Argentina, significa reconocer una realidad" en la que "el único camino" para "responder a esta situación no es pelearse sino seguir trabajando, pero que no se impida a Uruguay buscar otras posibilidades", advirtió.
Según la CEPAL, los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico superaron la media de crecimiento regional en 2012, de 3 %, al crecer a un ritmo del 5 %, mientras los cinco miembros del Mercosur crecieron por debajo del 3 %.
Por último Astori detalló que la cumbre del Mercosur que debía celebrarse el 28 de junio en Montevideo se celebrará en agosto, "probablemente" tras la investidura del nuevo presidente paraguayo, Horacio Cartes, el día 15.
"Se pretende que haya una situación institucional mejor a la actual, por supuesto con la incorporación de Paraguay y al mismo tiempo la aceptación de Paraguay respecto al ingreso de Venezuela", relató.





Política 04.6.13

 La tormenta del Pacífico


Astori sigue abogando por ingreso pleno a la alianza de México, Colombia, Perú y Chile; cancillería no está de acuerdo.
El eventual ingreso de Uruguay como miembro pleno a la Alianza del Pacífico ha sido un tema ineludible en las últimas entrevistas concedidas por el vicepresidente Danilo Astori, luego de que éste declarara la semana pasada que considera conveniente para Uruguay el ingreso al bloque conformado por Colombia, México, Chile y Perú.
El jueves, en una entrevista con el semanario Búsqueda, Astori volvió a mostrarse favorable a esa opción y discrepó con los legisladores frenteamplistas que se pronunciaron en contra. El presidente de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (Carifa), José Bayardi, y el senador Alberto Couriel (Espacio 609) declararon la semana pasada a la diaria que la prioridad estratégica de Uruguay es el Mercosur. Couriel dijo además que la Alianza del Pacífico “se da entre los países que tienen Tratados de Libre Comercio [TLC] con Estados Unidos”. “Desde ese punto de vista, a aquellos que en el pasado no estuvimos de acuerdo con el TLC con Estados Unidos nos sería dificultoso ingresar a una alianza en la que el predominio de este país es muy importante”, evaluó. Y agregó que “desearía” que el Frente Amplio (FA) no ingresara en la misma discusión en la que se embarcó en 2006 respecto del TLC con Estados Unidos.
Astori se refirió a estas críticas. “He escuchado voces en estos días, que no quiero identificar, pero que parecen no entender lo que está pasando y de qué se trata. Curiosamente, esas mismas voces siempre bregaron por la integración latinoamericana en su conjunto. Ahora que queremos extender la integración latinoamericana, parecen dividir a los países entre los que hicieron TLC con Estados Unidos y los que no hicimos TLC con Estados Unidos”, indicó a Búsqueda. “Eso no es trabajar por la integración latinoamericana, es trabajar por la división latinoamericana”, sentenció. Y llamó a no “poner etiquetas”. “Es una política muy necia y ciega limitarnos las posibilidades”, opinó. Ayer, en una entrevista con la agencia de noticias Efe, Astori reafirmó estos conceptos. Dijo que la Alianza del Pacífico tiene “mucho potencial integracionista” porque los países que la componen son “muy abiertos” y apuntan “a la región que es el principal factor de la correlación de fuerzas mundiales: Asia Pacífico”. Astori también se manifestó en desacuerdo con las declaraciones del alto representante del Mercosur, el brasileño Iván Ramalho, quien afirmó que Uruguay no puede tener una doble membresía. “Uruguay es un país soberano que puede definir por sí mismo su política de inserción internacional”, aseguró Astori. Evaluó que el Mercosur está “en un estado de inacción prácticamente total”. “Al mercado común nunca llegamos, la unión aduanera está totalmente destrozada y la zona de libre comercio tampoco funciona, porque no hay libre tránsito de bienes y de servicios”, sostuvo.

De la galera

También ayer, en entrevista con el portal Unoticias, Astori afirmó que todo el gobierno quiere el ingreso a la Alianza. “Creo que Uruguay debe seguir este camino y el Poder Ejecutivo está muy convencido, con el presidente Mujica a la cabeza, de que debemos hacerlo”, manifestó. Aseguró que “hay una clara mayoría dentro del FA que se alinea detrás” de esa posición.
Sin embargo, una fuente de la cancillería uruguaya aseguró a la diaria que el gobierno no ha “pensado, diseñado ni definido ningún paso” para buscar ser miembro pleno de la Alianza del Pacífico. Además, las altas jerarquías del Ministerio de Relaciones Exteriores no creen conveniente una membresía plena. Uno de los aspectos que pesan en esta valoración es la relación con Brasil, que está en un momento “excelente” y que se vería perjudicada si Uruguay se inclina por ingresar como miembro pleno a la Alianza. Brasil entiende que la doble membresía Alianza-Mercosur no es posible. Además, mira al bloque del Pacífico con desconfianza, porque entiende que allí Estados Unidos ejerce una injerencia importante. A Brasil ya le había disgustado el paso que dio Uruguay al incorporarse como observador a la Alianza; el presidente José Mujica defendió esa opción en su momento, argumentando que Uruguay no debía estar ausente de ningún proceso de integración.
En la cancillería prefieren no hacer declaraciones públicas hasta tanto no se debata el tema en la interna del gobierno. En la cancillería argentina, en tanto, tampoco quieren hacer comentarios hasta que no se clarifique el panorama. “Nos parece que tiene que ver más con una interna del gobierno uruguayo que con otra cosa”, comentó a la diaria una fuente diplomática argentina.
Natalia Uval






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